jueves, 21 de febrero de 2008

Propuestas para la rehabilitación del patrimonio (1): Castillo de las Aguzaderas


La A-376, en su tramo El Coronil-Montellano, nos ofrece una estampa singular: un coqueto e inusual castillo escondido en una vaguada circundada por bajas colinas. La placa en la entrada nos refiere algunos detalles de la edificación, uno entre tantos otros Álamos moriscos en los atribulados tiempos de la Reconquista. Nos llama la atención su estatus de Patrimonio Nacional desde 1923. Tras una placentera vuelta de reconocimiento, nos agrada la notable conservación del edificio, a la vez que, descorazonados, nos topamos con los vestigios de esa particular arqueología del submundo (colillas, papelajos, condones, jeringuillas…) Nuestra imaginación no resiste las contradicciones de tal contraste entre sublimación y abandono, y emprende el vuelo en pos de esta primera entrega de nuestras “Propuestas para la rehabilitación del patrimonio”.

· Solicitamos la cesión en propiedad, sin cargo alguno por nuestra parte, del inmueble conocido y catalogado como Castillo de las Aguzaderas, Patrimonio Nacional, del que prometemos realizar una gestión lo más cristalina posible hacia nuestros intereses, y ambigua hacia el interés público, respectivamente.

· Nos comprometemos a recuperar el esplendor y señorío que corresponde a tal construcción mediante la puesta en marcha de una serie de medidas y acciones tales como:

a. Restauración y adecentamiento del solar y edificación del castillo, con cuyo objetivo crearemos una escuela taller para adolescentes díscolos de la comarca, quienes ciertamente se prestarán a esta tarea voluntaria, a golpe de cincel y rastrillo, con el mismo entusiasmo que un pelotón de boy scouts antes de una irrigación de colon (lavativa o enema). Apartados de las calles y del motazo indiscriminado, a los participantes se les instruirá en el noble arte de “la cementada”, o técnica de construcción consistente en transformar elementos del patrimonio en tabletas de turrón de Jijona.

b. Promoción y expansión turística hacia mercados internacionales. Una primera acción consistiría en la celebración de fiestas de la espuma para jubilados alemanes. La producción de este evento no escatimará en gastos para convertir el interior del castillo en un tarro de esponjitas, en la colocación de reflectores solares orientados a cada ángulo de la fortificación para garantizar el tostado de nuestros sonrosados amigos, y en la opcional recreación, Dios y el cartón piedra mediante, de la mismísima Benidorm…O, ¡qué coño!, ¡si hay que traer Benidorm hasta la Sierra Sur, se trae!

c. Celebración de un festival musical, exaltación telúrico- porreta a medio camino entre Stonehenge, Woodstock y una feria de ganado. El certamen pretende convocar a los fieles-litrona-en-mano de la Campiña y más allá con el reclamo de premios, actividades y atracciones como las siguientes: exposición de chupas de piel serrana, concurso “Banda Morisca” del año o lanzamiento de beodo con catapulta.

d. Construcción de nuevos modelos de vivienda, en concreto de la promoción exclusivísima de Lofts-granero de propiedad privada, con excelentes vistas a la torre del homenaje y acabados en piedra de más de 500 años.

Todo esto, queridos lectores, para decirles que, en esta España del ladrillo, nosotros preferimos especular con un castillo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Esta España que destruye casas bajas con sus geranios y tejas por chalets adosados en los que no cabe ni una lenteja...

Esta España de vpo de pim y pom en las que no cabe ni un ratón...

Jejejejejejejejejejejeej

Me encanta vuestra página ya teneis una fiel seguidora...

Saludos desde El Otro Lado de la Luna.