jueves, 24 de abril de 2008

Esclavos de la autenticidad (E-714)


¿Qué es la autenticidad (E- 472), amigos? Esta es la gran pregunta que nos hacemos en cuanto saltamos la frágil línea de nuestra rutina diaria antes de manifestar nuestro espíritu curioso de fin de semana. La búsqueda de la autenticidad (E-213) está testimoniada desde tiempos remotos, y en esta disyuntiva me encuentro en Ávila, en busca del Santo Grial, es decir, del Chuletón de Ávila.

Es viernes santo en una ciudad que se encuentra bajo el auspicio de grandes místicos, circundada por una descomunal muralla guardiana de su secreto cárnico. Curiosa contradicción la de aquella urbe, de tono místico y talante conventual, que homenajea la pasión de Cristo mediante la búsqueda de un bodego tradicional en el que la carne se mide en gramos de kilo (o kilos de gramo), y cuyo plato excede los centímetros de una mesa artúrica. Pero las hordas del peaje continuo no se cansan ante el reto que se les presenta, y los miles de infieles de la carne roja se agolpan por las calles atentos a un pupitre libre que los enajenen de su deuda con el dios de la autenticidad (E-342). Ya en la sobremesa, es curiosa la estampa del turistus borreguensis, que se distrae por las almenas de la muralla (ahí está de nuevo, el turrón de Jijona!!) para elevar su estómago pecaminoso y acercarse al todopoderoso, a menos de un par de horas de la salida de la cofradía del Santo Arrepentimiento.

En nuestro afán de poner una X en la casilla de nuestro encuentro con la experiencia auténtica (E-189), estuvimos a punto de abandonar nuestra fe en favor de un fast food orientalizante, a causa del bullicio. Pero ya cerca de la hora del café, dimos con par de sillas vacías en un semiantro del casco histórico con algunos chuletones aún en el fuego y, ¡Bingo!, ¡ya podemos canjear nuestro ticket y directos a la gloria extrema¡

Una vez me zampé aquel producto semichicloso, quemado, huesudo y estirado le pedí al venerable capataz de la hacienda juglar un listado con los ingredientes del churrasco arrepentido. Y el listado estaba formado por: edulcorante, emulsionante, emulgente, colorante, ternerizante, conservante, restaurante, tendonizante, simpatizante, chuletizante, dopante, etcétera. Una vez más me hago la gran pregunta: ¿Existe la autenticidad (E-000)...?

2 comentarios:

Lu dijo...

Curioso blog.....preciosas fotos.... cómicos y certeros comentarios.

Loberucita dijo...

¡tú si que no tienes colorantes ni conservantes!.

Por cierto os hacen la competencia unos filósofos frustrados de Barcelona, echadle un vistazo al estoicismo y Paris Hilton.

http://www.esponjiforme.com

Catherine Ñ Jones